El joven artista Hartz presenta, a través de sus cuadros, diferentes rostros de personajes conocidos a menudo parece desafiarnos: quien adivinará primero quien es el conocido retratado? Actores, cantantes, políticos sus caras siguen el curso de la historia, relatan una actualidad contrastada o recuerdan personas que han sido parte de nuestras vidas, canciones, películas, evocaciones. Presencias de nuestras realidades que en un determinado momento nos han acompañado. En sus cuadros, cada uno de ellos emerge de una sucesión de líneas paralelas, verticales, perfectas. En cada cuadro, un color. Un tono que Hartz utiliza en todas sus matices hasta crear una tridimensionalidad, tanto visual cuanto material, que plasma un rostro en todos sus detalles, interrumpido por el alternancia de líneas de tinta única repetidas y líneas pintadas a través de una infinidad de tonalidades.
Las obras de Hartz encierran la abstracción de los recortes de papel pegado y la figuración de unas caras obtenidas a través de un innovador utilizo del claroscuro. El artista aparta los acrílicos para crear sombras y volúmenes con el spray: aplica el medio grafitero al retrato. Las obras destacan por su intenso lenguaje contemporáneo: los trozos de papel arrancado dejan entrever signos, números, mensajes de lo que anunciaban. Equilibradas composiciones cromáticas crean un potente contraste entre el primero y el segundo plano. Estos, vinculados por un impecable acabado, dan lugar a una inesperada coherencia visual entre figuración y expresionismo abstracto.
